Cándido Cámara Martín, nacido en la población toledana de Villanueva de Alcardete, habría trabajado en varias tiendas de cómo la Librería Estades, en la plaza de Santo Domingo, 13, y papelerías como en Muñagorri, en la sucursal de Serrano, y en la Unión Bolesa Madrileña.
En 1974, ponía en marcha su propio negocio, que llevaría como denominación el apellido. Dedicado a la comercialización de materiales para las bellas artes, elegiría la calle Hortaleza para abrir el negocio, en un establecimiento que previamente habría sido joyería y carbonería.
En 1995, se hacía cargo de la empresa familiar la segunda generación. Jorge, quién ya había colaborado con su padre en numerosas ocasiones, hoy es quien atiende a una clientela de perfiles muy distintos: pintores conocidos o anónimos, famosos de todo tipo aficionados a la pintura, incluido, en su momento, a numerosos miembros de la movida madrileña.
El establecimiento, físicamente no es muy amplio, teniendo como característica la abundancia de productos expuestos en sus estanterías. Los mostradores, de los años setenta, son sencillos y con vitrinas expositoras superiores. La trastienda sirve de almacén, fundamentalmente, para los lienzos ya preparados. La fachada es sencilla, con puerta lateral y rótulo luminoso.
Una tienda de las que ya no quedan muchas. Muy amables en el trato. Suelen tener varias ofertas en el escaparate, lo que abre la competencia con otras tiendas de bellas artes de la zona.
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