La denominación comercial de la herboristería, ‘angélica’, no se refiere al nombre de un persona, sino al término genérico que engloba a cerca de 300 plantas fanerógamas perteneciente a la familia apiaceae. El establecimiento sería inaugurado durante la Postguerra, en enero de 1948, por Francisco del Rio, de Huete (Cuenca). Un funcionario de aduanas, quizá cansado de recorrer la Península: Irún, Valencia durante la Guerra Civil, Madrid, etc.
Precisamente, la calle de San Bernardo y sus alrededores, recibiría continuos impactos de la artillería y de la aviación franquista. Una de las fotografías del Archivo Rojo, precisamente, nos muestra las consecuencias de uno de los impactos sobre la vía. Documentado el suceso por el fotógrafo Mayo, dos instantáneas tomadas a la altura del número 27 actual. Si nos fijamos, en el último edificio, cruzando la calle de la Luna, en la siguiente esquina, podemos observar la presencia de un edificio con tres alturas. Pues bien, este sería derribado para dar paso a una nueva construcción, de 1946, en cuya planta de calle se instalaría ‘angélica’.
Por el mostrador han el abuelo Francisco, su hija, el yerno, el nieto, Alfonso y las tías de este. Por tanto, hoy gobierna el establecimiento la tercera generación, por Alfonso ayudado por su mujer, Charo, quién entraría a trabajar como aprendiz a los 15 años. Todo queda en casa.
La tienda se mantiene fiel a la estética de finales de la década de los cuarenta, la más moderna de las herboristerías de mediados de siglo para Madrid. Este aspecto y, posiblemente su visibilidad gracias a la ubicación en una calle céntrica, le concedería cierto rango entre la clientela, madrileña y de otras regiones de España.
La fachada es muy sencilla, ligera de aspecto y casi simétrica. El zócalo es de granito rosa con impurezas bancas, al igual que el marco y la franja lateral derecha. Acceso con pequeño portal flanqueado por escaparates, cuyo cristal está sustentado por una estructura metálica dorada. El letrero, sombre un cristal transparente, cobija el número del inmueble y el título de la tienda, entre comillas, en minúscula y en letra cursiva.
El interior es ciertamente espartano, con tienda y trastienda. Se conserva el mostrador original y las estanterías de pared. El mostrador es muy ligero, con vitrina expositora en el frente y parte superior de cristal. El mueble de pared recorre la frontal y la lateral derecha, pero sin llegar hasta el techo. La causa es la existencia de un ventanal superior que permite iluminar con luz natural la trastienda. No hay cajoneras, aunque por las estanterías se distribuyen cajas verdes de cartón duro con los productos de herboristería.
El suelo también se conserva en buen estado, con losetas en forma de rombo, alternando las negras, con motas blancas, y con las de tonos crema.
Sitio web: http://www.herbolarioangelica.es
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