Los hermanos Bermejo, entre finales del siglo XIX y principios del XX, crearon una franquicia familiar de mantequerías, seis establecimientos distribuidos por el centro de Madrid, de los que solo han sobrevivido dos de ellos: calles de Zaragoza, 2, y de Santa Engracia, 65. El de la Calle de Santa Engracia, que previamente habría sido una fábrica de chocolate denominada la Paloma Mensajera.
Desde el año 1974 está regentado por Pablo, tendero que habría comenzado a aprender el oficio como aprendiz desde los 13 años, aunque en otro lugar. Hoy en día entre otras especialidades, ofrece a sus clientes todo tipo de bollería y mantecados tradicionales procedentes de todo España.
Su arquitectura aun conserva buena parte de diseño tradicional, fundamentalmente las estanterías de los muros perimetrales. Igualmente, el establecimiento estaba constituido por la tienda, la vivienda en la trastienda y el almacén.
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